El proyecto para enviar inmigrantes ilegales a Ruanda vence un primer obstáculo después de la aprobación del Parlamento este martes. Se trata de una versión suavizada de la ley que fue tumbada por el Tribunal Supremo en noviembre.
Con nuestro corresponsal en Londres Daniel Postico.
El Primer Ministro británico Rishi Sunak ha superado una rebelión conservadora en su partido por su proyecto de ley sobre el envío de inmigrantes indocumentados a Ruanda por 40 votos de diferencia, gracias a la abstención de los diputados del ala derecha de su partido, contrarios a la ley pero que no querían bloquearla.
Esta ley es la respuesta a la decisión del Tribunal Supremo británico, que el mes pasado prohibió los vuelos con migrantes al considerar, entre otras cosas, que existía un riesgo muy grande de ser repatriados a sus países de origen.
Una versión suavizada de la ley
Sunak ha reformado la ley y la ha suavizado. El nuevo texto define a Ruanda como un tercer país seguro e impide el regreso de los solicitantes de asilo a sus países de origen. Sunak ha firmado un tratado bilateral con Ruanda con vigencia internacional para garantizarlo y espera que así el Supremo cambie de opinión y legalice los vuelos.
El texto también propone no aplicar ciertas disposiciones de la ley británica de Derechos Humanos a las deportaciones para limitar los recursos legales. Digamos que satisface al ala de moderada de su partido, a la que pertenece Sunac, pero no a la derecha, por considerar que no es lo suficientemente contundente. La ley pasará a la Cámara alta en enero.
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