Pedro comenzó a consumir heroína a los 13 años, le robó una porción a su padre, quien era narcotraficante, luego se unió al negocio. Al poco tiempo se volvió adicto. 39 años después, en 2021, quería probar la nueva droga de moda, el fentanilo, y la consiguió fácilmente en la calle.
Hace 15 años, Manuel vivía en Nueva York, allí traficaba y preparaba heroína en un laboratorio, el proceso lo enfermó tanto que un compañero le recomendó que para curarse, la usara. Se volvió adicto.
Para esos días también probó el fentanilo en la Gran Manzana, y nueva vez en Santo Domingo, pero durante la pandemia del Covid-19. Ahora tiene 45 años.
Estas son solo dos historias de dominicanos que han consumido fentanilo.
La conversación comenzó una mañana en un salón de Hogar Crea, en la Ciudad Colonial, ambos estaban ya esperando por la entrevista.
A simple vista no parecerían exconsumidores de fentanilo o de hecho, de ninguna droga.
“Dicen que no hay fentanilo en las calles de aquí, por eso les quise entrevistar”, comenté. Ambos sonrieron. “Somos la prueba de que aquí hay fentanilo; nosotros lo usábamos”, dijo uno de ellos con la aprobación del otro.
Ambos prefieren mantener sus identidades en anonimato, por lo que los nombres usados son ficticios.
¿Cómo comenzaron?
Manuel comentó que fue una alternativa a la heroína. Buscaba algo más fuerte. “Cuando tú comienzas a usar heroína, estás buscando sustancias que se asimilen a la heroína, que te puedan quitar la enfermedad que tú sientes cuando no tienes la heroína”, dijo el hombre de 45 años.
En ocasiones, quienes la consumen desconocen que están usando fentanilo, debido a que la mezclan con heroína. En las calles tampoco se le conoce por un nombre en específico, según los entrevistados, sino que describes lo que estás buscando y, de tenerlo disponible, el traficante te lo entrega.
Usualmente, lo venden en bolsitas que dan para una “línea”.
En su caso, comenzó el consumo en Nueva York, cuando la droga se volvió popular. Este opioide se usa como analgésico para pacientes de cáncer terminal en Estados Unidos, y estos fueron quienes se la vendieron por primera vez en forma de parche.
El daño del fentanilo, droga barata y mortal, se expresa con múltiples lesiones en piel y los órganos internos.
Estos parches tenían un efecto de hasta dos días, si se los pegaba directamente a la piel. Pero también podía masticarlos, y extraer su líquido para así lograr un efecto más potente.
En la pandemia, Manuel estaba buscando sentir el mismo efecto. Y la consumió en República Dominicana. Al poco tiempo se alarmó al ver que sus compañeros estaban muriendo, pero su mayor miedo fue el preinfarto que sufrió en una ocasión, luego de usarlo. Fue atendido de emergencias en el Hospital docente Francisco Moscoso Puello, y está vivo de milagro.
No todos han tenido suerte. La mayoría de sus amigos han perdido la vida por consumir fentanilo.
“No hay que ser tan inteligente para tú darte cuenta de que lo que nos estaba matando era el fentanilo, que lo estaban mezclando con la heroína… de esa lista, quedamos pocos, y todos se han muerto igual, y no puede haber tanta casualidad”, explicó.
Estados Unidos tiene una grave crisis por el consumo de fentanilo. Solo el año pasado murieron 110,000 personas por sobredosis de drogas, principalmente de fentanilo, siendo la primera causa de muerte entre las personas de 18 a 49 años, informó la agencia de noticias EFE.
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