Si se subestima a la minería porque fue el único sector productivo que no registró crecimiento económico durante el año pasado, conforme a las cifras del Banco Central, fácilmente se incurre en un error.
La industria extractiva tiene más garras y resiliencia que cualquier otra actividad económica, al extremo de aportar ingresos extraordinarios en medio de una pandemia sin precedentes, como la del Covid-19, que petrificó las actividades productivas en el mundo entero.
En los últimos diez años, la explotación de minas y canteras representó más del 20% de las exportaciones dominicanas y el 13.5% de la inversión extranjera directa. Aportó al fisco RD$10,172.5 millones en el año 2019 y en el 2020 elevó su contribución a RD$22,326.5 millones.
De los 10 sectores más importantes para la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), la minería volvió a ocupar la cuarta posición el año pasado, precedida solo por las finanzas y los seguros, las bebidas alcohólicas y la refinación de hidrocarburos.
Como actividad productiva apenas muestra la punta del iceberg que puede ser para la economía nacional. “Todos los dominicanos debieran saber que República Dominicana es el país con mayor potencial minero de las Antillas Mayores. Y también, que de la extracción de los minerales, metales y rocas que están en el subsuelo dominicano se puede obtener un beneficio económico que produzca una sociedad más equitativa y justa para todos”.
Así lo entiende el ingeniero Miguel Ángel Díaz, viceministro de Minas del Ministerio de Energía y Minas, quien junto al ministro Antonio Almonte, asumió el desafío de acercar y facilitar a los ciudadanos el entendimiento de toda la información minera, proporcionándoles conocimientos acerca del tema y parámetros para que ponderen desde su propia perspectiva la importancia de este sector productivo.
Díaz está convencido de que la desinformación que existe alrededor de la minería constituye desde hace años un obstáculo que reduce la posibilidad de mejorar la percepción que la ciudadanía tiene sobre la industria extractiva.
Sin embargo, aclara que la minería no es solo uno de los sectores más fiscalizados de República Dominicana, sino uno de los más regulados por las normativas nacionales e internacionales a las que está sometida desde su inicio, con la exploración y construcción de la mina, hasta su operación y cierre.
“Antes de la ejecución de un proyecto de desarrollo minero se deben evaluar los impactos para cada una de sus etapas, una tarea que las autoridades realizan a través del Estudio de Impacto Ambiental y Social, que es una poderosa herramienta porque provee la información necesaria para determinar si un proyecto es aceptable o no, tomando como punto de partida criterios científicos”, explica Díaz, quien es ingeniero geólogo y de minas, con una experiencia de más de 27 años en la solución de temas ambientales.
Cuando se le pregunta si existen normas específicas que la minería debe cumplir en materia de emisiones y gestión de residuos, el funcionario asegura que una vez que inicia la operación minera, todas las emisiones al aire son monitoreas para verificar el cumplimiento de las normas y que los relaves (desperdicios) se almacenan en depósitos con sistemas de manejo de agua a fin de evitar contacto con aguas no impactadas y evitar descargas que no cumplan con las normas determinadas por el Estudio de Impacto Ambiental y Social.
“Como sociedad, tenemos que recibir más información sobre la minería, contar con herramientas para discernir numerosos mitos y dicotomías falsas y usar la ciencia para guiarnos en la toma de decisiones”, afirma.
Consciente de la necesidad que existe de promover una industria minera responsable y sostenible, así como de la importancia que tienen los minerales para la humanidad, el Ministerio de Energía y Minas desarrolla dos estrategias para mostrar los aportes que este renglón de la economía hace al desarrollo nacional.
La primera es el Aula del Saber Minero, un programa de capacitación sobre la industria minera que difunde conocimientos, de manera clara y sencilla, sobre los minerales, las diferentes etapas de la actividad minera, los tipos de extracción, el cierre de minas, los estándares que regulan la seguridad y las entidades gubernamentales que ejecutan la política minera del país.
La formación es impartida por ingenieros geólogos del Viceministerio de Minas y está dirigida a distintos sectores sociales, entre ellos: estudiantes, juntas de vecinos, agrupaciones profesionales, sindicales, culturales y religiosas.
Desde el año 2021, la capacitación, que contempla charlas, conversatorios y talleres, se ha ofrecido en Barahona, San Juan, Monte Plata, Dajabón, Sánchez Ramírez, Hato Mayor, Restauración, Monseñor Nouel, Valverde, Independencia y Santo Domingo. Durante los primeros cinco meses del presente año se ha logrado impactar a 1,020 participantes.
La segunda estrategia es el desarrollo de la página web: mineria.mem.gob.do. Ubicada dentro del sitio web del Ministerio de Energía y Minas, el landing page pone a disposición de la sociedad, por primera vez, información digital sobre los minerales que existen en la República Dominicana, sus reservas estimadas, las cifras del empleo, la inversión extranjera y las exportaciones que ha generado la industria extractiva nacional en los últimos 10 años y una minuciosa descripción acerca de porqué la minería es parte importante de nuestras vidas.
Se trata de una plataforma visualmente atractiva, amigable y segura, diseñada exclusivamente para fortalecer el vínculo entre los ciudadanos y el sector de la minería. En su contenido cuenta, además, con un blog que posee artículos sobre temas de actualidad relacionados con la política minera.
Opinión
Al economista Henri Hebrard no le extraña el decrecimiento que experimentó la minería a finales del año pasado. Desde su óptica, resulta natural que, si la principal empresa extractora de oro en el país tuvo una merma en su producción, dada la reducción en la concentración del mineral procesado, se produjera una disminución en los números que registran el crecimiento del sector “explotación de minas y canteras”.
Hebrard asegura que 1 de cada 5 dólares que se exporta proviene de la minería y que entre los años 2011 y 2021, el crecimiento de las exportaciones dominicanas habría sido cero, fuera del renglón Zonas Francas, sin la minería. “El oro explica el 93% del crecimiento de las exportaciones de minerales durante esos 10 años, lo que quiere decir que no es tanto el crecimiento de un sector, sino de una mina”, explicó el director ejecutivo de Hebrard & Hebrard Consulting, Inteligencia Económica y Comercial.
Se trata de un dato que, desde su punto de vista, es muy relevante para la definición de políticas dirigidas a lograr un desarrollo más sostenible del sector en el país. “Necesitamos crecer más allá de la mina de Pueblo Viejo y tener presente que, al igual que ocurrió con el oro, se ha producido un incremento en el precio del ferroníquel, una tendencia que es posible no cambie a futuro porque la perspectiva es que los precios de los metales sigan subiendo con la transformación energética y la movilidad eléctrica. Ambas están demandando una cantidad de metales que sabemos que existen en la República Dominicana”, indicó el experto.
EL CARIBE