
El juicio por la muerte de Diego Armando Maradona, por la que están imputados siete profesionales de la salud, continuará este jueves con una nueva audiencia que tratará cuestiones técnicas y pondrá el foco en la autopsia del ídolo argentino, mientras que no se esperan declaraciones de nuevos testigos.
La primera autopsia, realizada por una junta médica, concluyó que Maradona murió el 25 de noviembre de 2020 como consecuencia de un “edema agudo de pulmón secundaria a una insuficiencia cardíaca crónica reagudizada”.
El edema agudo de pulmón secundario es una urgencia médica que se produce cuando hay una acumulación de líquido en los pulmones y puede deberse a una insuficiencia cardíaca o a un daño en los pulmones.
En su corazón se había descubierto una “miocardiopatía dilatada”, una enfermedad del músculo cardíaco que provoca que las cavidades del corazón se agranden y estiren.
El exjefe del cuerpo médico forense del Departamento Judicial de San Isidro, Federico Corasatini, que tuvo el corazón del astro entre sus manos, explicó que pesaba el doble de lo normal.
“Teniendo en cuenta que fue un deportista de alto rendimiento, es esperable que el corazón pese un 20 % o un 30 % más, pero no un 100 % más”, relató la semana pasada en declaraciones radiales.
La autopsia concluyó que la insuficiencia cardíaca le habría provocado una agonía de hasta 12 horas, una muerte previsible, y que la atención médica fue “deficiente, ineficiente e indiferente”.
Sin embargo, a pedido de la defensa de los imputados, se llevó adelante otro informe forense el año pasado en el que el perito Pablo Ferrari, experto oficial de la Corte Suprema de provincia de Buenos Aires, contradijo la versión inicial.
En su informe, de 25 páginas, aseguró que Maradona no había recibido asistencia médica o farmacológica vinculada a una patología coronaria, y estimó el cuadro agónico “en minutos o, a lo sumo, pocas horas”.
La Fiscalía de San Isidro había cuestionado ese documento al considerar que el peritaje se hizo sin un equipo forense, en 72 horas y basándose en pruebas de la defensa del neurocirujano Leopoldo Luque, médico de cabecera del astro y quien habría insistido en los cuidados domiciliarios en lugar de su ingreso a una clínica de salud.
EL NUEVO DIARIO