
El Mismo Diario Punto Com – La Voz del Pueblo
En San Pedro de Macorís algunos funcionarios parecen creer que la memoria de la ciudad puede manipularse al antojo de intereses políticos o sectoriales. Y eso no se puede permitir.
Primero lo hizo el alcalde: cambió el nombre de la calle Valentín Rodríguez, uno de los hombres que llegó en los tiempos fundacionales de San Pedro, para colocar el de la pastora Miriam Robles. Un acto hecho más por cálculo religioso y búsqueda de votos que por respeto a la historia.
Y ahora surge el diputado Miguel Arredondo, con un desconocimiento total de las leyes municipales y nacionales, al proponer en la Cámara de Diputados que se cambie el nombre del Malecón de San Pedro de Macorís, que honra a Gastón Fernando Deligne, llegado en 1891, poeta trascendental, símbolo cultural de nuestra ciudad, cuyos restos reposan aquí junto a los de su hermano Rafael.
¿De verdad se pretende quitar a un fundador para poner el nombre del empresario César Miguel Féris Iglesias? Nadie discute los méritos de Féris Iglesias, un hijo ejemplar de San Pedro, exitoso, trabajador y de gran legado. Pero rendir homenaje a su memoria no puede hacerse arrancando de raíz la historia que nos sostiene. Hay calles nuevas, avenidas, edificios y espacios suficientes para que su nombre brille con orgullo.
Lo que no se puede aceptar es esta desfachatez: borrar a los fundadores para congraciarse con sectores específicos. Eso es atentar contra nuestra identidad cultural y contra las leyes que protegen la memoria de la ciudad.
El Malecón debe seguir siendo Avenida Gastón Fernando Deligne. Reconocer a Féris Iglesias sí, pero no a costa de borrar a quienes fundaron San Pedro de Macorís.
San Pedro merece respeto. Y desde aquí lo decimos claro: la memoria se honra, no se sustituye.
POR RAFAEL DERICH