
Amnistía Internacional (AI) afirmó este martes haber reunido «nuevas y contundentes pruebas» de que fuerzas del Gobierno sirio ejecutaron al menos a 46 civiles de la minoría drusa en la gobernación de Al Sueida -en el sur de Siria- los días 15 y 16 de julio.
“Las ejecuciones extrajudiciales son un crimen según el derecho internacional», afirmó en un comunicado Diana Semaan, investigadora de AI para Siria, por lo que “el Gobierno sirio debe investigar de manera rápida, independiente y transparente estos hechos, y garantizar que los responsables rindan cuentas en juicios justos, sin recurrir a la pena de muerte”.
La organización entrevistó a 15 personas, entre ellas ocho familiares directos de las víctimas, y verificó 22 videos y fotografías mediante su laboratorio de pruebas digitales.
Los vídeos verificados por AI muestran a los civiles desarmados siendo ejecutados en plazas públicas, viviendas, un hospital, una escuela y un salón ceremonial a manos de hombres armados que vestían uniformes militares y de seguridad, algunos con insignias oficiales.
Asimismo, los vídeos muestran a civiles drusos siendo objeto de insultos sectarios y a algunos líderes religiosos sufriendo humillaciones, como el afeitado forzoso de sus bigotes.
AI también verificó que al menos cuatro hombres armados y con uniforme militar portaban un parche negro con la declaración islámica de fe, un símbolo habitualmente asociado con el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Aunque la organización extremista no ha reivindicado ni comentado los ataques en Al Sueida, tres de esos combatientes, incluido uno vestido de negro, fueron filmados trabajando junto a miembros de las fuerzas de seguridad sirias.
El pasado mes de julio estallaron fuertes enfrentamientos entre clanes beduinos y grupos drusos a raíz de un robo violento a un empresario de esa comunidad religiosa considerada herética por los extremistas islámicos, lo que llevó al Ejército sirio a desplegarse en la región para tomar el control de la seguridad, en manos de facciones locales.
La llegada de las tropas gubernamentales intensificó la oleada de violencia, e Israel se involucró al atacar Damasco, la capital de Siria, así como las ciudades de Al Sueida y Deraa bajo el pretexto de actuar en defensa de la minoría drusa.
Mientras que las autoridades siguen sin ofrecer un balance actualizado de víctimas, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos elevó a más de 1.000 los muertos en la semana de violencia.
“Los sucesos de Al Sueida son un recordatorio estremecedor de las consecuencias mortales de la impunidad”, añadió Semaan, y concluyó que “mientras las fuerzas estatales y sus aliados crean que pueden matar sin rendir cuentas, las comunidades minoritarias en Siria seguirán en riesgo”.
EL NUEVO DIARIO