
Esta semana ha partido hacia Mayagüez, Puerto Rico, una delegación oficial de San Pedro de Macorís, encabezada por el honorable alcalde Rafael Ortiz, miembros de la sala capitular encabezados por su presidente, y funcionarios dominicanos radicados en la isla. Este viaje no es uno más. Representa el paso firme hacia un hito histórico y estratégico: la conexión marítima entre el muelle de San Pedro de Macorís y el de Mayagüez, a través de un ferry que unirá nuestras costas, nuestras economías y, sobre todo, nuestras culturas.
Se trata de mucho más que un ferry. Es la renovación de lazos que vienen desde hace generaciones entre Puerto Rico y la República Dominicana. Es la oportunidad de que el Caribe se mire en el espejo del desarrollo conjunto. Es la posibilidad real de que comerciantes, turistas, estudiantes, artistas y familias de ambos lados del canal estrechen la hermandad que por tanto tiempo ha sido sentida, pero ahora se hará visible y diaria.
Este proyecto traerá consigo dinamismo económico, apertura de nuevas rutas de comercio, generación de empleos y mayor proyección internacional para San Pedro de Macorís. Pero también traerá algo invaluable: la circulación de ideas, cultura y afectos, en un tiempo donde el mundo nos empuja a cerrar puertas, y nosotros decidimos abrir las nuestras al progreso.
Felicitamos a las autoridades locales por su visión y por poner a San Pedro en el mapa del desarrollo marítimo y turístico del Caribe. Que esta iniciativa encuentre respaldo, unidad y continuidad, porque no es un paso hacia el extranjero, es un paso hacia adelante.
Porque al final, no importan los gastos, ni la dimensión de la delegación, lo que verdaderamente importa es el resultado colectivo. Y estamos seguros de que será positivo. Porque cuando un pueblo se mueve con visión, cuando las autoridades apuestan al futuro y cuando se piensa en grande, los frutos llegan. Y esta conexión entre San Pedro de Macorís y Mayagüez será uno de esos frutos que marcará un antes y un después para nuestra región.
San Pedro de Macorís está de cara al mar, pero también de frente al futuro.
POR: RAFAEL DERICH