
China desde la Ruta de la Seda hasta la Gobernanza Global sigue avanzando en un firme propósito de liderar la economía mundial.
Quien pretenda negarlo es un mezquino exponencial porque la República Popular de China es además de la segunda potencia mundial, una extraordinaria maquinaria de crecimiento, innovación, expansionismo y creatividad sin límites.
A ello se agrega, su decisivo papel en la innovación tecnológica, la expansión industrial y el puntero lugar que ocupa actualmente en la geopolítica mundial. Obviamente, su inmenso poderío armamentista fue modernizado.
China, Rusia y la India buscan un nuevo enfoque del comercio mundial, apelando al multilateralismo con la integración de otras naciones de economías emergentes. Quieren disminuir la incidencia de Estados Unidos como primera potencia global.
Líderes de 26 países y otros representantes extranjeros asistieron junto al presidente de China, Xi Jinping, en la conmemoración del 80 aniversario de la rendición de Japón en la segunda guerra Sino-japonesa y el final de la II Guerra Mundial con un impresionante desfile militar en la capital, Beijing.
El carismático e inteligente líder chino logró atraer a sus aliados los presidentes de Rusia, Vladimir Putin y de Corea del Norte, Kim Jong Un.
Sirvió también este histórico encuentro, para que China exhibiera su potencial armamentista desplegando drones aéreos y submarinos, misiles hipersónicos, aviones de combate y bombarderos entre otras mortíferas armas.
“El pueblo chino es un pueblo que no teme a la violencia, y que es autosuficiente y fuerte”, sentenció el presidente de China, Xi Jinping.
Advirtió igualmente, que la humanidad debe elegir entre la paz y la guerra, y entre el diálogo y la confrontación.
En ese contexto, dijo que “la revitalización del pueblo chino no puede ser bloqueada, y el noble objetivo del desarrollo pacífico de la civilización humana debe triunfar”.
Mensaje a Occidente
La solemnidad de los festejos sirvió para enviar un mensaje a las potencias occidentales sobre la solidez de las relaciones diplomáticas, económicas y políticas entre China, Rusia y Corea del Norte.
Esa trilogía de naciones integra una estructura armamentista de extraordinario poder, seguridad y defensa en los actuales esquemas geopolíticos mundiales que nadie se atrevería ignorar.
Observadores internacionales creen, precisamente que se trató de un efectivo simbolismo del mayor despliegue militar en la historia de China en la plaza de Tiananmén, en la capital de Beijing.
La destreza militar de China proyectada en su histórico desfile incluyó el misil guam killer, el dron loyal wingman e incluso lobos robóticos.
UE y Putin
La configuración de la geopolítica mundial actual debe impulsar al liderazgo europeo y concretamente a las principales cabezas visibles de la Unión Europea a buscar, aunque forzosamente un acercamiento con el presidente Vladimir Putin, porque de nada les servirá vivir de espalda a una potencia tan decisiva y de tanto alcance como la República Federativa de Rusia.
Así las cosas, el eventual envío de tropas de 26 países europeos a Ucrania para crear una «fuerza de seguridad», obedeciendo a una estrategia diseñada por el presidente de Francia, Emmanuel Macron, fue rechazada de inmediato por Putin, quien advirtió que esas naciones serían «objetivos militares legítimos».
Lógicamente, los planes de Macron están sujetos a que se alcance un alto al fuego en Ucrania y que el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky y Putin pacten un posible acuerdo de paz.
La cumbre del mes pasado en Alaska entre Putin y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, había despertado brevemente la ilusión de culminar con la guerra de Rusia-Ucrania, que arribó a tres años.
Trump, posteriormente hablando en la Casa Blanca expresó que la mentalidad y postura de Putin, se asemeja a la dureza del acero.
Este domingo, la pesada artillería de misiles rusos impactó sobre el principal edificio del gobierno de Ucrania en Kyiv, que ocupa el gabinete de ministros, señal inequívoca de que Putin arrecia la guerra iniciada en 2022.
La nueva ola de bombardeos masivos por parte del Kremlin, apuntan esta vez hacia objetivos de la estructura gobernativa de Zelensky, quien deberá ponderar seriamente un alto al fuego para finalizar la guerra, como ha insistido el presidente Donald Trump.
Europa ante un grave riesgo
Sería un grave error táctico y estratégico de los países europeos involucrarse directamente en el conflicto ucraniano con tropas en el terreno del escenario porque estarían enfrentándose a Rusia, creándose así un escenario de impredecibles consecuencias.
¿Por qué las potencias occidentales, especialmente las europeas no buscan alternativas de acercamiento y entendimiento con el gobierno de Putin, después de varios años de intentar aislar y asfixiar la economía de Rusia?
Los rusos tienen una potente oxigenación con su inseparable vínculo ideológico, político, económico y estratégico con la República Popular de China, a quien suministran energía, petróleo y gas.
La trilogía integrada por China, Rusia e India es económica y políticamente fuerte y eso lo sabe muy bien el liderazgo occidental.
Humor de Trump
Trump, en cambio, ha sido pragmático en sus relaciones con Putin, Xi y Jong-un y en la majestuosa ceremonia de la rendición japonesa ante los chinos y el final de la II Guerra Mundial en Beijing, remitió un mensaje irónico al presidente de la República Popular de China, expresando que: “Les pido que transmitan mis más cálidos saludos a Vladimir Putin y a Kim Jong-un, mientras conspiran contra Estados Unidos de América”.
En la reconfiguración de las finanzas estadounidenses la administración de Donald Trump está enfocada en finalizar el apoyo económico a los programas de seguridad de sus aliados en Europa.
No tan solo quiere que sean las naciones ricas europeas que financien por sí mismas a la OTAN, para poner fin a la dependencia financiera de Washington. Y, además, Trump ha advertido que dejará de apoyar económicamente a Ucrania.
Artículo de Manuel Díaz Aponte