
Desde su designación el 16 de agosto del 2020 como Director General de Aduanas por el presidente Luis Abinader, Eduardo Sanz-Lovatón, conocido por muchos como “Yayo”, ha llevado a cabo una de las transformaciones institucionales más notables de los últimos tiempos en la República Dominicana.
Abogado de profesión, con un profundo compromiso con la docencia, la ley y el servicio público, Yayo ha demostrado que cuando se combina formación académica, visión moderna y vocación de servir, los resultados se sienten en todos los rincones del país.
Bajo su liderazgo, la Dirección General de Aduanas (DGA) ha experimentado una transformación tecnológica, administrativa y operativa sin precedentes, mejorando sus niveles de eficiencia en más de un 60%, y convirtiéndose en una de las instituciones modelo del presente gobierno. La modernización de la Aduana de Santo Domingo, las facilidades para el comercio exterior, el fortalecimiento de los controles sin obstaculizar el dinamismo económico, y la simplificación de trámites, han sido pilares de su gestión.
Sanz-Lovatón no solo ha gestionado una institución clave para la economía nacional, sino que lo ha hecho con transparencia, firmeza y cercanía con el ciudadano, atendiendo tanto al importador pequeño como a los grandes grupos económicos. Esa combinación de eficiencia con trato humano le ha ganado el respeto dentro y fuera del gobierno.
Más allá de su trabajo en Aduanas, su historia como abogado de alto nivel, profesor universitario, analista político y dirigente comprometido con los valores democráticos, lo proyecta como una figura de gran potencial dentro del Partido Revolucionario Moderno (PRM), y con legítimas credenciales para aspirar a liderar los destinos del país en el futuro.
No es casual que su nombre suene con fuerza como uno de los posibles precandidatos presidenciales para el 2028. Tiene lo que se necesita: capacidad, trayectoria, visión de Estado y el respeto de importantes sectores sociales y económicos.
Desde ElMismoDiario.com – La Voz del Pueblo, saludamos el trabajo de este dominicano ejemplar, y celebramos que en el país todavía existan servidores públicos que trabajan con pasión, resultados y un profundo amor por la patria.
POR RAFAEL DERICH