
En el corazón de San Pedro de Macorís, existe una institución que no solo ha resistido el paso del tiempo, sino que ha sabido consolidarse como símbolo de elegancia, dignidad y continuidad social: el Club 2 de Julio, fundado en el ya lejano año 1892.
Lo más admirable de su origen es que no fue fruto de una iniciativa masculina, como era lo común en aquellos tiempos, sino de un grupo de damas visionarias, muchas de ellas procedentes de Puerto Rico, que decidieron crear un espacio donde el arte, la cultura, la conversación y la buena sociedad tuvieran su sede natural.
En una época en la que las mujeres aún luchaban por tener voz en los espacios públicos, ellas fundaron algo que perduraría por generaciones. Y lo hicieron con temple, con visión y con el deseo firme de dejar huella.
Con el paso del tiempo, los hombres —en respaldo a sus esposas, hermanas y amigas— comenzaron a integrarse. Lo hicieron con respeto y compromiso, reconociendo que en aquel club había nacido no solo un círculo social, sino un verdadero refugio para el pensamiento ilustrado, las buenas costumbres y el desarrollo cívico.
Más de 130 años después, el Club 2 de Julio no ha perdido su esencia. Sigue siendo ese punto de encuentro donde se mezcla la tradición con la modernidad, donde la historia se respira en cada rincón, y donde la clase social no se define por ostentación, sino por el comportamiento, la formación y la dignidad.
Desde elmismodiario.com, rendimos homenaje a esta noble institución, a sus fundadoras, a sus generaciones pasadas y a quienes hoy la mantienen viva, adaptándola a los tiempos sin renunciar a su espíritu original.
Felicidades al Club 2 de Julio en un aniversario más. Que siga siendo faro, cuna y memoria viva de la mejor sociedad petromacorisana.

POR RAFAEL DERICH