Estados Unidos confirmó este viernes que enviará bombas de racimo a Ucrania pese a las críticas de Alemania y de organizaciones como Human Rights Watch (HWR), a quienes les preocupa el impacto de ese armamento sobre la población civil.
Las bombas de racimo se incluyen en un nuevo paquete de ayuda militar a Ucrania del que ofrecerá detalles posteriormente el Pentágono, explicó en una rueda de prensa el asesor de seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan.
Sullivan dijo que EE.UU. retrasó esta decisión todo lo que pudo, pero explicó que las tropas ucranianas necesitan munición.
El presidente Joe Biden reconoció en una entrevista con la cadena CNN que se trató de una «decisión difícil» que postergó por un tiempo, pero se convenció de que Ucrania las necesita.
«Ha sido una decisión muy difícil por mi parte. Y, por cierto, lo hablé con nuestros aliados, lo hablé con nuestros amigos del Capitolio», afirmó Biden. «Los ucranianos se están quedando sin munición«, agregó.
¿Por qué están prohibidas en más de 100 países?
Las bombas de racimo que Estados Unidos enviará a Kiev han estado durante décadas en el punto de mira de organizaciones promotoras de los derechos humanos y defensores del control de armas, que consideran que deberían ser ilegales por el gran peligro que entrañan para la población civil.
El artefacto explosivo está prohibido en más de 100 países y ya lo han usado en la guerra en Ucrania tanto tropas rusas como ucranianas, y ha provocado la muerte de civiles y serias heridas a los supervivientes.
¿Qué son las bombas de racimo?
Las bombas de racimo se utilizaron por primera vez en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Fueron diseñadas para destruir múltiples objetivos militares dispersos, como formaciones de tanques o infantería, y causar la muerte o lesiones a los combatientes.
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