El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, señaló este sábado que ha recibido varias peticiones de un alto el fuego, pero aseguró que no las cumplirá.
Asimismo, lamentó la «terrible tragedia», ocurrida el viernes, cuando el Ejército israelí mató por error a tres rehenes, a los que confundió como miembros de Hamás, e indicó que, pese «al dolor», mantendrá la ofensiva hasta llegar a la victoria.
Israel ha intensificado los bombardeos aéreos en Gaza sin tener en cuenta la advertencia de los Estados Unidos, relacionada con reducir la intensidad de los ataques y proteger a los civiles o perder el apoyo internacional.
Netanyahu insinuó este sábado que se están adelantando nuevas negociaciones para recuperar a los secuestrados por el grupo islamista Hamás.
La declaración del primer ministro tuvo lugar después de que el jefe de inteligencia del Mossad, David Barnea, se reuniera con el primer ministro de Qatar, Mohammed bin Abdulrahman Al Thani.
Netanyahu dijo, además, que Israel tomará el «control de seguridad» de la Franja de Gaza cuando termine la guerra y Hamás sea eliminado al rechazar que la Autoridad Nacional Palestina (ANP) vaya a asumir esa tarea, como ha instado Estados Unidos, su principal aliado.
«Entre amigos hay que decir la verdad y no fomentar ilusiones, más aún en una cuestión existencial y fatídica como esta. Así que repito a nuestros amigos: después de la eliminación de Hamás, la Franja de Gaza será desmilitarizada, estará bajo el control de seguridad de Israel «, aseveró.
Netanyahu: «Nada nos detendrá hasta que logremos la victoria»
«A pesar del enorme dolor, a pesar del dolor que nos desgarra el corazón, a pesar de las presiones internacionales, seguimos hasta el final. Nada nos detendrá hasta que logremos la victoria», señaló.
Es que la guerra y la destrucción no disminuyen en intensidad en Gaza. En el día 70 del escalamiento de este conflicto -que ya suma 18.800 muertos en Gaza, según el ministerio de Salud, y que dejó 1.200 muertos en Israel, de acuerdo con el gobierno israelí-, nubes de humo se alzaron en el norte del territorio, así como en Khan Younès, la ciudad más grande del sur, donde el ministerio de Salud informó sobre «decenas de muertos y heridos» en bombardeos.
«Estábamos durmiendo en nuestra casa y de repente hubo un ataque, como una bomba de barril», relató a la agencia de noticias AFP, Bakr Abu Hajjaj, un superviviente. «Hay heridos, todo está destruido», añadió.
La ONU sigue advirtiendo que la ayuda humanitaria, cuya entrada al territorio depende de la autorización de Israel, es insuficiente y que la superpoblación en los campos está provocando enfermedades, además de la hambruna y la falta de atención médica.
«Desesperados, hambrientos y aterrorizados»
La ONU advirtió el jueves sobre un «colapso del orden civil» en Gaza, indicando que el hambre y la desesperación estaban llevando a los residentes a buscar la ayuda humanitaria, que llega en cantidades muy limitadas a través de Egipto. La guerra ha sumido al territorio en una grave crisis social, desplazando a 1.9 millones de habitantes, lo que equivale al 85% de su población, según la organización internacional.
En total, según informó el ejército, 117 soldados han perdido la vida en Gaza desde el inicio de la ofensiva terrestre el 27 de octubre, que ha permitido a Israel tomar el control de varios sectores en el norte, extendiéndose luego hacia el sur, donde cientos de miles de civiles se han concentrado, desplazados por la guerra.
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