Rusia bombardeó con misiles las terminales de grano ucraniano tras abandonar el acuerdo para la exportación de cereal por el Mar Negro, auspiciado por Turquía y la ONU, mientras el jefe del Kremlin, Vladímir Putin, agudizó aún más su aislamiento y no acudirá en agosto a la cumbre del foro BRICS en Sudáfrica por miedo a ser arrestado por crímenes de guerra.
En concreto, el ataque ruso contra la región de Odesa, en el que también participaron drones, destruyó 60,000 toneladas de cereal en el puerto de Chornomorsk, según Mykola Solskyi, ministro de Política Agrícola y Alimentación de Ucrania.
Al mismo tiempo, el Ministerio de Defensa ruso advirtió de que, una vez suspendida su participación en el acuerdo para el tránsito marítimo del cereal, a partir de esta medianoche considerará potenciales objetivos a todos los barcos que se dirijan a puertos ucranianos como “posibles portadores de cargamento militar».
Destrucción total
Solskyi explicó que el cargamento de grano atacado estaba a la espera de ser estibado en un barco de gran tonelaje, que debía haber zarpado hace ya 60 días. “Este es un acto terrorista, no contra Ucrania, sino contra el mundo entero. Su seguridad alimentaria está nuevamente en peligro. La humanidad es rehén de un país terrorista que chantajea a toda la humanidad”, dijo. El ministro alertó de que la destrucción de los silos provocará un aumento del coste del grano y también del precio de alimentos como la harina y la carne.
Putin no irá cumbre
Mientras, Putin recibió ayer un serio revés al conocerse que no participará en la cumbre de los países BRICS (Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica), en Johannesburgo del 22 al 24 de agosto. El motivo de la decisión, adoptada “de mutuo acuerdo” con Sudáfrica, es la orden de arresto emitida por la Corte Penal Internacional contra Putin por la deportación de niños ucranianos. Y es que Sudáfrica no podía garantizar la seguridad del jefe del Kremlin.
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