El Gobierno boliviano informó este domingo que comenzará una campaña internacional para socializar y difundir la importancia de la hoja de coca para que dejen de «estigmatizarla» y con la finalidad de lograr su desclasificación de la lista de estupefacientes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
«Bolivia presentará un amplio registro bibliográfico que refleja investigaciones científicas, técnicas y doctrinarias que sustentan la posición nacional respecto a la desclasificación de la hoja de coca como un estupefaciente, lo que resolvería las incoherencias y contradicciones legales de larga data y la injusta clasificación», manifestó el vicecanciller Freddy Mamani, citado en un comunicado de la Cancillería.
Bolivia impulsa que la hoja de coca sea excluida de la Lista I de la Convención de 1961, en el que clasifican las sustancias consideradas peligrosas y bajo control internacional.
«Es necesario resaltar que la inclusión de la hoja de coca en la lista I de la Convención de 1961 se basó en informes elaborados en 1950, que contiene graves falencias científicas al concluir que la masticación de hojas de coca es perjudicial para el individuo y la sociedad catalogándola como una adicción», indicó Mamani.
Agregó que el país busca «rectificar esta determinación» que tiene más de 60 años porque es «obsoleta» y «contraria al derecho internacional».
Mamani señaló que en los próximos días se presentará la propuesta de «revisión crítica de la hoja de coca para su desclasificación de la lista de estupefacientes» que está respaldada en investigaciones de la región y de Europa sobre «los beneficios nutricionales y medicinales» de la hoja de coca.
El viernes el vicepresidente David Choquehuanca se reunió con la secretaria ejecutiva de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc), Ghada Fathi Waly, para hablar sobre las acciones que realiza el país sobre la hoja de coca para acabar con su veto.
Bolivia pidió a la Organización Mundial de la Salud (OMS) una “revisión crítica” de sus propiedades medicinales.
En Bolivia el consumo de la hoja de coca es muy común, ya sea con el “acullico” o masticado o en infusiones para evitar dolores e incluso el mal de altura.
La hoja de coca está consagrada en la Constitución boliviana vigente desde 2009 por sus usos tradicionales y medicinales, pero una parte de la producción se desvía al narcotráfico para fabricar cocaína.
En 2013 Bolivia se adhirió nuevamente a la Convención de 1961, con una reserva para permitir el “acullico” o masticado dentro de su territorio.
La Unodc estableció en el informe anual que presentó a finales de noviembre del año pasado que los cultivos de hojas de coca se incrementaron en Bolivia en un 4 %, al pasar de 29.400 hectáreas en 2020 a 30.500 hectáreas en 2021.
El Gobierno de Luis Arce difirió de estos datos y presentó sus propias cifras que indican que la superficie disminuyó un 0,7 % en 2021, alegando diferencias “metodológicas” con la Unodc.
EL NUEVO DIARIO