
Apostada en la entrada del Palacio de Justicia con llantos, Gissel Santana explica que la muerte de su hijo no fue producto de un atraco como informó la Policía Nacional.
Todo se trató de un abuso de poder donde entre dos policías acribillaron a tiros al joven por motivos de una mujer, según explica Gissel.
El reconocido abogado Fernando Aponte presidente de los de los derechos humanos, condenó este hecho y expresó que harán todo lo posible para que el peso de la ley caiga sobre los culpables y se limpie la reputación de un joven de trabajo quién era empleado de la empresa César Iglesias.
Expresó también que el Ministerio Público quiere otorgar una indemnización de un millón de pesos a uno de los Policías y al otro prisión domiciliaria, siendo esto según el abogado una medida muy acomodada a los culpables.
Un grupo de familiares y amigos con pancartas vociferaban «justicia» reclamando que paguen por sus hechos los dos señalados como culpables en las afueras del palacio.
VICTOR LOPEZ