
Buenos días.
Siempre se ha dicho que la distancia más corta entre dos puntos, es la recta que los une.
La diplomacia es y será esa recta que une los países en estado de animosidad.
La diplomacia no siempre da sus frutos en tiempos determinados, pero si puede dar frutos de una buena voluntad de fe y entendimiento a largo plazo.
El problema de República Dominicana y Haití no es de ahora. Décadas han pasado y las rencillas personales entre ambos países por circunstancias conocidas por todos y difícil que podrán ser aliviadas.
El problema del agua sólo fué el inicio de un problema fronterizo anunciado. Muchos de nosotros quisiéramos ver un Haití prospero, un Haití donde sus ciudadanos pudiesen sentirse seguro, con educación, servicios médicos y fuentes de trabajos fructíferos. Haití es el segundo país comercial que tenemos, lo necesitamos aunque es difícil sobrellevarlo.
Los Haitianos son seres humanos y aunque su cultura deja mucho que decir, más no por eso debemos menospreciarlos.
Nosotros, en los años 60 y 70, fuimos pisoteados y maldecidos especialmente en los Estados Unidos tratando de buscar nuevas esperanzas en tierras lejanas, en eso tengo ese sabor amargo todavía ya que fuí parte de ese éxodo humano.
Ojalá y esta desicion tomada por la ONU para ayudar al vecino país, de sus frutos de prosperidad aunque sea a largo plazo.
La diplomacia, ha tomado su curso.
Hito Solano.